05 octubre, 2009

Pequeñas delicias de la vida conyugal




Si existe algo que me pone de buen humor a la mañana cuando voy camino a la facultad es esta canción. Y hoy que sabía que terminaba de rendir me gustó todavía más...


Tenés todo y nada para dar

¿Cuántas calles bajaste antes de llegar?¿Cuántos timbres tocaste antes de entrar?

Falsificadora de querer, tenés tanto tiempo para recorrer, tenés un instante para renacer.

No llores, nena, que no es la muerte, bajo los techos alumbra el sol.

Estoy en busca de algo naranja y verde,

bajo las sábanas, pasa la noche azul.

Vendrá la luna por la mañana y tal vez todo termine en nada,

y qué te importa si fuiste mía y qué te importa la policía.

Tendremos un gato en el jardín, tendremos un hijo si quiere venir

muchos desayunos y ningún clarín.

No sólo del hombre vive el pan, cuando tenga ganas iré a trabajar,

cuando tenga ganas no te importará.

No llores, nena, que no es la muerte, bajo los techos alumbra el sol.

Estoy en busca de algo naranja y verde,

bajo las sábanas, pasa la noche azul.

Si viene bien que sigamos juntos haremos todo a pesar del mundo,

y no habrá penas para ninguno, y no seremos dos sino uno.

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