Dicen que la realidad casi nunca alcanza el nivel de los sueños o deseos.
Dicen que es lógico que todo lo imaginado va a ser distinto a lo sucedido, ya que en lo imaginado entra en juego la idealización.
Dice mi analista que para no desilucionarme tengo que dejar que la realidad me sorprenda, sin imaginar, sin idealizar.
¿Pero como hago para vivir sin pensar?
Es difícil pensar sin imaginar, sin soñar y sin idealizar.
Si algunas de mis imaginaciones se materializan aún mejor de lo que las imaginé...vale la pena seguir imaginando a costo de alguna desilución...
Soñar parece muy abstracto, pero yo hablo de un soñar concreto.
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