Cuando estoy triste me siento chiquita. Tiemblo de miedo. Miedo a lo desconocido. No me es un lugar común la tristeza, no me identifica, no me reconozco en ella.
La tristeza me encuentra sin capacidad de poder cambiar las cosas. Sin poder hacer nada que cambie la situación. Es el único momento (estado) en que siento que no puedo conseguir lo que quiero.
No sé si me siento triste porque no puedo o como estoy triste no puedo. No lo sé.
Cuando estoy triste no me sale otra cosa que llorar. Me inmovilizo, lloro hasta sacar la última gota de angustia, me levanto y vuelvo a empezar.
Mucho más fácil si hay brazos abiertos donde llorar.
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1 comentario:
siempre hay brazos abiertos donde llorar... solo hay que saber reconocerlos...
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