En el taller de escritura Rozitchner nos dijo que escribamos un diario personal. Un diario personal en cuadernos. De esos que se usan en la primaria. Encuadernados. Lo suficientemente grandes como para escribir un montón pero que no sean interminables. Un número ideal de hojas para expandir ideas y tener el placer que sólo se puede obtener de un cuaderno lleno.
Los cuadernos anillados y grandes son interminables. No sólo son poco prácticos de llevar a todos lados (Porque el mejor lugar para escribir es en todos lados), sino que además son muy frustrantes, interminables.
Lo mejor debe llegar cuando ya tenés un número considerbale de cuadernos llenos. Para clasificarlos no hay nada mejor que los colores. Enero, cuadernos amarillos. Marzo, cuadernos rojos. Abril, cuadernos celestes....
O mejor aún, ir cambiando de color por cada lugar nuevo visitado...
Supongo que el de Viena y el de Vail serán verdes...
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