En Berlín Miguel me cocinó todas las noches. Su especialidad de todas las noches era Spaghetti frito, con verduras, calamares, queso, y todo lo que iba encontrando en la heladera.
Spaghetti frito con té. Y con Frank Sinatra cantando mientras nevaba por la ventana.
Después de comer seguíamos tomando té, pero en el sillón...con un montón de frazadas y almohadones...mientras seguía nevando...
En Alemania sí que hace frío! Pero los alemanes como Miguel no dejan que entre en sus casas...no hay que generalizar...
Cómo extraño cenar con té!
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